Platillos mexicanos

El pozole rojo es un plato mexicano con siglos de historia. Hoy, se elabora con carne de puerco, maíz, chiles y especias, y se acompaña de múltiples guarniciones.

Quesadillas de chapulines. Tiernas y crujientes. Suaves y sabrosas. Esta receta no dejará a nadie indiferente. Si eres de los que te atreves a probar comida exótica, este platillo te enamorará.

El pastel de tres leches es un postre mexicano con fama mundial. Las recetas de esta deliciosa tarta han conquistado no sólo Latinoamérica, sino que han llegado con éxito a casi cualquier rincón del mundo.

Esta ensalada de nopales añadirá una solución deliciosa a tu repertorio de recetas vegetarianas y saludables.

La michelada es una bebida refrescante y a la vez muy sabrosa cuyo ingrediente principal es la cerveza. Puede hacerse añadiendo sólo limón y sal o completarse con más condimentos.

Esta receta de cóctel de camarón te permitirá disfrutar de un clásico de los platillos fríos mexicanos sin necesidad de utilizar clamato ni saborizantes artificiales.

Las quesadillas de huitlacoche son un platillo vegetariano lleno de sabor y muy completo. Además, puede prepararse en apenas media hora.

El caldo de piedra es una elaboración prehispánica propia de San Felipe de Usila, población oaxaqueña de la región de Tuxtepec. Se trata de un tipo de sopa en la que los ingredientes se cuecen gracias al calor de piedras incandescentes que se colocan directamente en el recipiente en el que se sirve el caldo.

Un chili con carne muy mexicano, pero que no tiene miedo de cruzar la frontera. Eso fue lo que preparamos en nuestra última receta y lo que vamos a seguir aprovechando en unas hamburguesas y patatas al mejor estilo tex-mex.

El chili con carne y, más aún hoy en día, los nachos con chili con carne son posiblemente los platos más conocidos de la comida tex-mex. Esta receta, con ligeras variaciones, es un básico en casi cualquier carta de restaurantes mexicanos alrededor del mundo.

El pastel de elote convierte en postre los clásicos aromas del maíz mexicano. Un dulce esponjoso, sabroso y, sobre todo, sorprendente.

El mole verde es uno de los numerosos moles propios de la gastronomía mexicana. Se trata de una salsa caracterizada por chile verde y semillas, que le confieren una textura y un color inconfundibles.